Cuando estaba en la escuela secundaria, empecé las clases en Sundai Yobikō para prepararme para los exámenes de ingreso a la universidad (“Yobikō”, o escuela preparatoria, son escuelas de gestión privada comercializadas para estudiantes de último año de secundaria que se están preparando para los exámenes de ingreso a la universidad, o en muchos casos, graduados de secundaria que no aprobaron el examen para ingresar a la universidad de su elección.
En Japón, los estudiantes sólo pueden solicitar el ingreso en la universidad una vez al año). Yo asistía a una clase de matemáticas impartida por el profesor Akiyama (actualmente, rector adjunto especialmente designado de la Universidad de Ciencias de Tokio). Su clase era muy interesante y divertida, incluso para alguien a quien no le gustaba estudiar específicamente para los exámenes de acceso a la universidad como yo.
Su clase siempre me hacía decir cosas como “Ya veo…” y “¡Ya lo tengo!”, e incluso me hacía sentir que comprendía toda la profundidad de las matemáticas. Pero cuando volvía a casa e intentaba resolver problemas matemáticos por mi cuenta, simplemente no podía hacerlo, a pesar de haber creído entenderlo todo claramente durante la clase.
Después de haber experimentado este fenómeno tantas veces, me di cuenta de una cosa: durante su clase, Akiyama Sensei estaba lleno de una increíble excitación por haber entendido claramente las matemáticas, y su Ki lo sentían todos los que estaban en su clase. Incluso yo sentía que lo entendía todo por completo.
Por supuesto, comprender realmente algo requiere esfuerzo y una acumulación de conocimientos. Sin embargo, si crees que la asignatura es realmente difícil desde el principio, o no te gusta tu profesor, perderás tu “yaruki” (que significa motivación, pero literalmente significa “Ki para hacer/intentar”). En otras palabras, la clase de Akiyama Sensei motivaba a los alumnos (“ki o hikidasu”, que literalmente significa sacar el Ki de uno).
Más tarde supe que el propio Akiyama Sensei no fue muy buen estudiante cuando era joven. Suspendió los exámenes de acceso a la universidad, e incluso después de conseguir ser investigador, siguió enfrentándose a muchos contratiempos. La razón por la que enseñaba en Sundai Yobikō era ganar dinero para financiar también su investigación. Sin embargo, aspiraba a convertirse en investigador matemático porque experimentó la alegría de las matemáticas gracias a su profesor de matemáticas del instituto. Enseguida comprendí que por eso su clase era tan divertida.
Soy instructor de Shinshin Toitsu Aikido. Estoy constantemente investigando e ideando diversas formas de comunicar algo profundo de una manera muy sencilla. Lo que más procuro es asegurarme de que yo personalmente me siento inspirado y entusiasmado por entender algo. Esto se debe a que mi inspiración o entusiasmo lleva a otras personas a comprender a través de mi Ki.
Cuando enseño en el dojo, doy una conferencia en un seminario o hablo en un programa de formación empresarial, enfoco cada oportunidad de enseñanza de esta manera. Adquirir una habilidad requiere práctica y esfuerzo repetido, pero poder sentir que podemos hacerlo es igual de esencial en cualquier aprendizaje. Si sentimos que no podemos hacerlo, probablemente no seremos capaces.
Un verdadero líder es una persona capaz de demostrar a los demás que también pueden hacerlo.
Cuando entendemos algo, nuestro Ki se extiende de forma natural. Cuando no podemos entender algo, nuestro Ki se estanca [no fluye, se atasca]. Cuando comunicamos algo a otros y observamos cuidadosamente cada vez cómo la gente extiende su Ki en respuesta a ello, podemos ver cuánto entienden el tema que acabas de comunicar. Si no comprenden, significa que hay margen de mejora en la forma en que estamos comunicando el tema. Si nos entrenamos continuamente para ayudar a la gente a entender mejor el tema, nuestras habilidades de enseñanza también mejorarán.
“Enseña lo que la gente no sabe usando sólo las palabras que sí conocen”.
Este es uno de los puntos más importantes cuando instruimos Shinshin Toitsu Aikido. Se aplica también cuando comunicamos / enseñamos verbalmente o por escrito. Cuando siempre comunicamos / enseñamos de esta manera, también podemos profundizar nuestra propia comprensión del tema. Yo también me esfuerzo siempre por enseñar de esta manera.
Sin embargo, este tipo de “facilidad de comprensión” tiene sus inconvenientes. Cuando la gente cree que entiende algo sólo desde una perspectiva intelectual, esto le impide esforzarse y practicar repetidamente. Hay un dicho que dice: “Adapta tu discurso al público”, pero hablaremos de ello en otro momento.
El profesor Katsuhiro Nishinari del Centro de Investigación de Ciencia y Tecnología Avanzadas de la Universidad de Tokio, que propone la “Jamología” (resolver matemáticamente el mecanismo de los atascos espontáneos en las autopistas:
https://www.u-tokyo.ac.jp/focus/en/features/voices087.html encarga a sus estudiantes universitarios que preparen una presentación sobre un tema muy difícil y abstracto de forma que los alumnos de secundaria puedan entenderlo, para que ellos mismos profundicen en su propia comprensión del tema. Si no comprendes realmente el tema, esta tarea es bastante difícil, porque se te pide que utilices las palabras y expresiones que conocen los estudiantes de secundaria. En el Aikido, esto es como desarrollar nuestras habilidades de enseñanza en nuestras clases de niños o de jardín de infancia.
Entrevisté al profesor Nishinari y se publicó como libro en 2019. Me impresionó su capacidad para hablar de temas bastante abstractos utilizando solo palabras extremadamente sencillas.
『コミュニケーションの原点は「氣」にあり!』
https://www.amazon.co.jp/exec/obidos/ASIN/484706156X/ “El origen de la comunicación está en el Ki” (Sin título oficial en inglés) Espero que lean el libro si aún no lo han hecho.
Traducción del Ingles: Antonio Tomas
Edita: Rafael Gandia
Ki Society Valencia http://www.kisociety.es/