Comprueba cada vez

Cada vez que Koichi Tohei sensei enseñaba «Ki», había una charla que daba al principio sin falta.

«No debemos olvidar que en la raíz del mundo relativo se encuentra el universo absoluto. Somos parte del universo y, al comprender la naturaleza del universo, podemos vivir de acuerdo con los principios del universo».

Al aprender a su lado como uchideshi, escuché el mismo discurso una y otra vez, por lo que poco a poco empecé a pensar: «Oh, otra vez la misma historia». Un día, después de terminar la formación, Koichi Tohei sensei me llamó.

«Me estabas escuchando con una mirada que decía: «Oh, otra vez la misma historia»».

Me sobresalté y dije: «¡No, no es verdad!», tratando de disimular.

«No mientas. Estoy mirando tu Ki. Sé que lo estabas haciendo».

«En realidad… sí, solo un poco», admití.

Cuando Koichi Tohei sensei me oyó decir esto, se rió a carcajadas y dijo: «¿Alguna vez te has preguntado por qué repito siempre lo mismo?». Yo nunca lo había pensado y en ese momento no sabía por qué.

Han pasado 25 años desde entonces, he vivido muchas experiencias y ahora lo entiendo mejor. Él repetía siempre lo mismo porque era lo más importante. Los seres humanos tendemos a olvidar las cosas más importantes.

Vivimos en un mundo relativo. Donde hay «arriba», hay «abajo», y donde hay «bien», hay «mal». Donde hay «padres», hay «hijos», y lo mismo ocurre con «yo» y «tú». La vida social es posible porque percibimos las cosas de forma relativa.

Por otro lado, toda la existencia se origina en el Ki del universo, por lo que, desde la perspectiva del Ki, todo lo que existe está conectado a través del Ki en su raíz. Pero al vivir en un mundo relativo, es fácil olvidar este hecho.

En términos de la práctica de la técnica del Shinshin Toitsu Aikido, si solo podemos ver la relación [entre nage y uke] de forma relativa, se convierte en «el que lanza» y «el que es lanzado». Cuando se crea una frontera, surgen el conflicto y la resistencia, y la técnica no funciona. Cuando somos uno con el universo y el Ki fluye a través de nosotros, no debería haber fronteras. Por eso funcionan las técnicas.

En nuestra vida cotidiana, creamos fronteras por todas partes. Los que persuaden y los que son persuadidos; los que venden y los que son vendidos. Los que predican y los que son predicados; los que forman y los que son formados. Si vemos la relación como relativa y se crea una frontera, el Ki no fluirá. En tal caso, no hay sensación de unidad.

Por ejemplo, podemos ver la relación con «el que enseña» y «el que aprende», pero también podemos verla como «aprender juntos desde sus respectivos puntos de vista». En tal caso, se crea la sensación de unidad. Si no olvidamos el hecho de que todas las cosas están conectadas por el Ki en la raíz de nuestras percepciones relativas, podemos hacer las cosas como uno sola.

Sin embargo, poner esto en práctica en la vida cotidiana a veces no es fácil. ¿Por qué? En nuestras situaciones y entornos sociales y familiares, nos enfrentamos constantemente a las duras realidades de la vida. Sin embargo, esa no es la verdadera causa.

[La verdadera razón/causa es] porque los seres humanos somos muy propensos a olvidar las cosas más obvias e importantes. Por eso es necesario comprobarlo/confirmarlo cada vez.

Traducido del ingles: Antonio Tomas
Editado: Rafael Gandia
Ki Society Valencia
https://www.kisociety.es

Artículo original en japonés: 毎回、確認する (Maikai, Kakunin Suru)
1 de marzo de 2025

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